"Los gitanos en el reinado de Felipe II (1556-1598). El fracaso de una integración”, en Chrónica Nova, 30. Universidad de Granada, 2044, págs. 401-430 [http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1464990]. Los gitanos llegan al reinado de Felipe II tras un proceso en el que se criminaliza su forma de vida y se crea un estereotipo negativo. Represión y utilitarismo en las condenas de los gitanos varones corren paralelos durante este período, y a la pena de galeras para los hombres, instaurada ya por Carlos I, se une ahora la de azotea y destierro para las mujeres. Sin embargo, el conflicto étnico se recrudece aún más cuando se dictamina en 1586 una mayor restricción de movimientos. Desde este momento se les obliga a tomar vecindario y obtener licencia para poder desplazarse desde su domicilio a las ferias y otros lugares. Estas medidas impulsan una mayor vecindad, pero en algunos casos fracasa cuando las autoridades locales se las niegan, o cuando una vez conseguida se rompe, especialmente con ocasión de la redada de 1572/1573. El gitano, ante el temor a caer bajo el engranaje judicial buscará en algunos casos mecanismo adaptativos que le permitan subsistir en una sociedad excluyente.
“Los gitanos en el sureste peninsular de los siglos XV y XVI”, en Boletín del Instituto de Estudios Almerienses, 14, 1996, pp. 91-101 [http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=81803]. En este trabajo se estudian las vías de penetración gitana en la península a lo largo del siglo XV y el inicio del proceso de asentamiento en el Reino de Granada, donde se desarrolló una convivencia entre cuatro culturas. Se analiza además el proceso que llevó a los gitanos a sustituir en algunos campos a los moriscos, así como la encomienda de niños gitanos.
"Los gitanos y las Indias antes de la Pragmática de Carlos III (1492-1783)", en I Tchatchipen: lil ada trin tchona rodipen romani = revista trimestral de investigación gitana, 48, 2004 [http://www.unionromani.org/tchatchionline/pdf/04804esp.pdf#view=Fit]. Este artículo cuenta la relación de los gitanos (indios por su origen) con el Nuevo Mundo (al que se le llamó, por error, Indias). Desde que abandonaron la India antes del descubrimiento de América en 1942, los gitanos iniciaron una diáspora que les llevó a territorios hispanos durante el primer cuarto del siglo XV. El mundo conocido acabó para ellos en Andalucía, hasta que con el descubrimiento del nuevo continente se les presentó la oportunidad de continuar su camino. Este artículo explica que, a pesar de que en un principio los gitanos sólo pudieron entrar en América con permiso del rey, Felipe II prohibió su entrada en 1570 y pidió que los que ya estaban allí fuesen devueltos a España. Los que vivían allí eran, por tanto, inmigrantes ilegales. Sin embargo, el caso del gitano Jorge Leal, que consiguió permiso en 1602 para ir a Cuba como herrero abrió el camino de otros gitanos a esta isla. La entrada del primer rey Borbón en el siglo XVIII significó el comienzo de una fuerte política de represión. Muchos fueron enviados a prisiones, pero fueron puestos en libertad con la llegada de Carlos III, que no sabía qué actitud debía tomar con respecto a esta minoría. Durante su reinado hubo un intenso debate sobre la deportación masiva de gitanos a las colonias americanas, hasta que en 1783 se aprobó la pragmática que les permitió vivir donde quisieran, aunque en realidad no puso fin a su represión.
"Marginación institucional de los primeros Austrias sobre los gitanos del sureste peninsular", en I Tchatchipén, 15, pp. 9-20 [http://issuu.com/manuelmartinezmartinez/docs/marginaci__n_institucional_pdf]. Este artículo aborda la primera época de la presencia gitana en España. de su entrada como peregrinos y las políticas homogenizadoras que pretendieron unificar y reducir a la forma de vida mayoritaria. Tras el análisis del proceso que llegó a la adscripción de los gitanos al grupo de falsos mendigos, vagos y vagabundos, se estudia la llegada de los gitanos al sureste peninsular y la instauración de la pena de galeras para los miembros varones de esta minoría étnica. Es interesante el apartado referido a los niños gitanos encomendados, hasta entonces nunca tratado.
"Los centenarios olvidados. V Centenario de la Pragmática de Medina del Campo y 250 aniversario de la Redada General de Gitanos", en I Tchatchipen, 26, pp. 24-27, junio de 1999 [http://www.unionromani.org/tchatchionline/pdf/02606esp.pdf#view=Fit]. La historia de España está plagada de hechos y personajes muy seleccionados, todos ellos en función de su objetivo fundamental: realzar el orgullo nacional. Reyes, ministros , héroes, nobles, etc., desfilan por sus páginas de una forma muy idealizada, ocultando en muchos casos su aspecto más controvertido. En contraposición, encontramos otro elenco de personajes y hechos completamente denotados y condenados a la perpetua condena de sus pensamientos y acciones. Frente a estas presencias históricas hay que destacar las ausencias: personajes y hechos que simplemente han sido olvidados, como la represión del pueblo gitanos en España.
"El avecinamiento gitano en Vera desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XIX", en Revista "Cultural Huércal-Overa", 1988, nº 9, pp. 21. Este trabajo tiene como eje central, el proceso de sedentarización del pueblo gitano en la ciudad de Vera. Ejrmplo extensible al resto de pueblos y ciudades almerienses.
"Los gitanos y la prohibición de pasar a las Indias españolas", en Revista de la CECEL. Expediciones y pasajeros a Indias, 2011. La llegada de los primeros gitanos a América fue consecuencia del intento de la efímera política penitenciaria para colonizar con elementos de ambos sexos las tierras recién descubiertas. Abandonada esta práctica, a los grupos sociales considerados indeseables, en el que se incluyeron a los gitanos, se les prohibió pasar a la Indias con el pretexto de no provocar alteraciones sociales y ”contaminar” con sus costumbres y malas artes a los nativos americanos. Sin embargo, los gitanos, al igual que harían en la península siempre hallaron un medio para sortear todas las leyes restrictivas que contra ellos se publicaron. Sólo a partir 1783 esta población “invisible” consiguió emigrar legalmente.
"Los antecedentes al proyecto de "exterminio" gitano de 1749", en http://revistadehistoria.es/los-antecedentes-al-proyecto-exterminio-gitano-1749/?utm_source=MadMimi&utm_medium=email&utm_content=Los+antecedentes+al+proyecto+de+%E2%80%9Cexterminio%E2%80%9D+gitano+de+1749&utm_campaign=20160428_m131104552_Los+antecedentes+al+proyecto+de+%E2%80%9Cexterminio%E2%80%9D+gitano+de+1749&utm_term=Continuar+leyendo___
A lo largo de todo el siglo XVI, las Cortes se convirtieron en receptáculo de todo tipo propuestas para “sujetar” a los gitanos. En junio de 1592 se estableció la creación de un juez para resolver las causas que se abrieran contra ellos; y, ya en marzo de 1594, los procuradores protagonistas de este documento emplearon en su argumentación, casi todos los prejuicios que posteriormente conformaron el estereotipo negativo de los gitanos.
Esta propuesta de “exterminio” biológico, combinado con la aculturación de los niños y niñas gitanos resultó una novedad dentro de las propuestas antigitanas, pues hasta este momento, la política represiva se había basado en el intento de fijarlos a un domicilio conocido bajo un estricto control de sus personas y caballerías.
Asociados a un problema de orden público, la solución de la expulsión comenzó a cobrar fuerza; sin embargo, en este debate se coló la idea de “exterminio”, que desechada entonces por las Cortes, quedó latente en el tiempo, hasta que finalmente tomó cuerpo dos siglos y medio más tarde con el proyecto iniciado con la redada de 1749, cuyo punto final no llegó hasta el indulto real de 1765.
"Cervantes y los gitanos. La propagación del estereotipo negativo de los gitanos en la literatura del Siglo de Oro", en https://manuelmartinez.atavist.com/untitled-project-cqds5.
Consumadas las redadas de los meses de julio y agosto de 1749, el rey expresó su malestar por lo desproporcionado de la operación, a lo que se añadió las numerosas quejas y críticas de todo tipo que llovieron sobre la operación desarrollada, motivó una nueva reunión de la Junta de Gitanos el 7 de septiembre, en esta ocasión bajo la supervisión del confesor del rey, Francisco Rávago, al que acudieron el gobernador del arzobispado de Toledo, el obispo de Barbastro, Francisco Benito Marín, José Ventura Güell y el marqués de los Llanos.
En esta reunión se revisó el estado en que se hallaba la operación para dar solución a las disposiciones más polémicas, y establecer una clara distinción entre gitanos arreglados a las pragmáticas y gitanos contraventores, lo que acabó originando el replanteo del proyecto de “exterminio”.
"La redada general de gitanos de 1749. La solución definitiva al 'problema' gitano", En Andalucía en la Historia, 55(enero 2017); pp. 12-15.
A las doce de la noche del 30 de julio de 1749 dio comienzo la operación por la que se prendió y sacó de sus hogares a todos los gitanos del país, para separarlos a continuación por sexos y conducirlos, hasta nueva orden, a los lugares de reclusión previstos. En Andalucía se prendieron 5.500 gitanos: los hombres fueron enviados a La Carraca en Cádiz y las mujeres a la Alcazaba de Málaga. Muchos de ellos quedaron recluidos durante más de 15 años. Fue la gran redada contra los gitanos ordenada por Fernando VI, según la cual todos los gitanos, sin excepción, debían ser encarcelados y todos sus bienes decomisados para pagar los gastos de la gran operación y su manutención.
Asociados a un problema de orden público, la solución de la expulsión comenzó a cobrar fuerza; sin embargo, en este debate se coló la idea de “exterminio”, que desechada entonces por las Cortes, quedó latente en el tiempo, hasta que finalmente tomó cuerpo dos siglos y medio más tarde con el proyecto iniciado con la redada de 1749, cuyo punto final no llegó hasta el indulto real de 1765.
"Cervantes y los gitanos. La propagación del estereotipo negativo de los gitanos en la literatura del Siglo de Oro", en https://manuelmartinez.atavist.com/untitled-project-cqds5.
Con
todo el respeto que merece el autor que parió El Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, quizá el mejor
escritor del Siglo de Oro español, el pueblo gitano no puede por menos que
recordar el gravísimo daño que le hecho, al erigirse junto a sus coétaneos
arbitristas, en uno de los mayores responsables de la divulgación del
estereotipo negativo que lo estigmatizó y los convirtió en perennes presuntos
delincuentes.
Cervantes muestra
una posición desfavorable hacia la comunidad gitana, insertando su creación
literaria dentro de la propaganda antigitana de su época. Sea por convicción,
sea porque pretendió dar a su público lo que querían leer u oír, Cervantes
acabó consolidando el arquetipo del gitano fuera de la ley, en el que el robo y
el engaño formaban parte de su propia esencia como personas.
"La Junta de Gitanos de septiembre de 1749", en Antrophistoria (2-09-2017) http://www.antrophistoria.com/2016/09/la-junta-de-gitanos-de-septiembre-de.html.Consumadas las redadas de los meses de julio y agosto de 1749, el rey expresó su malestar por lo desproporcionado de la operación, a lo que se añadió las numerosas quejas y críticas de todo tipo que llovieron sobre la operación desarrollada, motivó una nueva reunión de la Junta de Gitanos el 7 de septiembre, en esta ocasión bajo la supervisión del confesor del rey, Francisco Rávago, al que acudieron el gobernador del arzobispado de Toledo, el obispo de Barbastro, Francisco Benito Marín, José Ventura Güell y el marqués de los Llanos.
En esta reunión se revisó el estado en que se hallaba la operación para dar solución a las disposiciones más polémicas, y establecer una clara distinción entre gitanos arreglados a las pragmáticas y gitanos contraventores, lo que acabó originando el replanteo del proyecto de “exterminio”.
"La redada general de gitanos de 1749. La solución definitiva al 'problema' gitano", En Andalucía en la Historia, 55(enero 2017); pp. 12-15.
A las doce de la noche del 30 de julio de 1749 dio comienzo la operación por la que se prendió y sacó de sus hogares a todos los gitanos del país, para separarlos a continuación por sexos y conducirlos, hasta nueva orden, a los lugares de reclusión previstos. En Andalucía se prendieron 5.500 gitanos: los hombres fueron enviados a La Carraca en Cádiz y las mujeres a la Alcazaba de Málaga. Muchos de ellos quedaron recluidos durante más de 15 años. Fue la gran redada contra los gitanos ordenada por Fernando VI, según la cual todos los gitanos, sin excepción, debían ser encarcelados y todos sus bienes decomisados para pagar los gastos de la gran operación y su manutención.
Hola, soy de México. He buscado por todos lados sus artículos "Los gitanos y la prohibición de pasar a las Indias españolas" y "Los gitanos y las Indias antes de la Pragmática de Carlos III (1492-1783)", sin embargo no he obtenido resultados. La lectura de estos artículos me permitirá ampliar una investigación ¿Habrá manera de que los pueda subir por este medio?
ResponderEliminarPuedo enviárselo por correo. Indiqueme dirección.
EliminarHola, qué tal?, Mi nombre es Fernanda Baroco, también de México y me siento muy sorprendida de haber encontrado el comentario anterior, ya que yo también los he estado buscando, desde hace un par de años y al menos aquí son virtualmente "inconseguibles". Le agradecería inmensamente si también pudiera mandármelos. Gracias de antemano, fernanda.baroco@gmail.com
EliminarEn la red se puede encontrar en formato PDF en la siguiente dirección: http://www.unionromani.org/tchatchionline/pdf/04804esp.pdf#view=Fit
EliminarSi interesa otra publicación, nada más decirlo